24 de septiembre de 2010

Sarmiento y la ciudad de La Plata

Otra historia que me pareció bastante interesante para contar, es la que vincula a Domingo Faustino Sarmiento con la ciudad de La Plata.

Desde antes de fundar la ciudad, Sarmiento se opuso al proyecto de Dardo Rocha ya que él soñaba con formar los Estados Unidos del Río de la Plata, cuya capital ubicada en la Isla Martín García, se
ría “Argirópolis”. En abril de 1882, publica lo siguiente en el diario El Nacional: “Ni a Tolosa ni a la Ensenada ocurrirá población por orden de la legislatura de Buenos Aires, simplemente porque en cuatro siglos de descubierto aquel puerto y diez años después de estar dotado de ferrocarril, no ha podido reunir siete mil habitantes, según el reciente censo. ¿Acaso no había en el ámbito provincial otras ciudades como Azul, Chivilcoy, Arrecifes, Mercedes o San Nicolás, con puerto gratis y lejos, lejos de Buenos Aires, para que no la sofoque antes de nacer?”. […] “Tolosa no será nada porque se pone cerca de Buenos Aires. Los diputados irán por las mañanas en ferrocarril, y como sólo cada dos días se reúnen, por cuatro meses regresarán a Buenos Aires a la ópera”. […] “La razón de ser de las ciudades no se fija a priori [...] El puerto no será puerto, porque no se va por ahí a ninguna parte; y la capital de Tolosa será una fruta pasmada o un niño atrofiado desde su nacimiento”.

Como conté antes, el ex presidente tampoco asistió a la fundación de la ciudad como hizo el entonces presidente Julio Roca. Pero dos días después expresó un cambio de opinión en el diario: “Somos de los que ni bien ni mal le auguran al nuevo plantel”.

Sarmiento visitaría la capital de la provincia al año siguiente, para la inauguración del edificio de la Dirección General de Escuelas y Cultura, expresando que era el mejor monumento levantado a la educación en América. También vino el 24 de junio de 1884, en compañía de su hermana y su sobrina, y 1885, cuando recorrió la ciudad y fue invitado a presenciar un partido de pelota vasca en frontón.

Ya “amiga
do” con La Plata, manifiesta en el diario El Nacional durante 1886: “¡Qué majestad la de los edificios públicos de La Plata! Este es su defecto y acaso la herencia que traemos de nuestros antepasados, como aspiración; pero lo que nos muestra los progresos que la educación pública ha hecho en tan corto tiempo, es que en todo se ha realizado cuanto se concibe de más acabado y reciente en la economía de las ciudades: luz eléctrica, calles anchas, bulevares, avenidas, diagonales, adoquinados, veredas de cuatro a diez varas; bosques que parecen seculares por los sombríos, dan solaz, sombra y recreo a las puertas de la ciudad encantada; como monumentos, palacios para el Museo antropológico que es ya uno de los mejores del mundo, enriquecido por doscientas muestras de las razas americanas. Siéntese el visitante de Buenos Aires en el mundo que ha soñado porque La Plata es el pensamiento argentino, tal como viene formándose e ilustrándose hace tiempo, sin que nadie se de cuenta de ello.” […] “Me despido de La Plata reconfortado, revivido, pues antes de ver lo que somos, y poder conjeturar lo que seremos cuando se acaben de derrochar las tierras públicas, ya que no podemos derrocarlas, dudaba de la fuerza vegetativa y de los progresos morales y sociales que hacernos, para salir del molde colonial que en La Plata ha sido dejado para inventar habitantes con moradas modernas.

Los platenses decidi
eron rendirle un homenaje tras su muerte en 1888, fue por eso que las autoridades trataron de erguirle un monumento en la entrada al bosque. Para eso demolieron el arco que estaba allí, cuya construcción había estado a cargo del ingeniero Benoit, quien hizo una réplica del que está en el Teatro de la Ópera en París. Pero como sucede tantas veces, la piedra fundamental fue colocada en un sitio próximo pero el monumento nunca se hizo a pesar de que la obra de Benoit fue demolida, y actualmente ni siquiera en la Plaza Sarmiento hay busto del educador.


Fotos:
1. Domingo Faustino Sarmiento.
2. Edificio de la Dirección General de Escuelas y Cultura en construcción (13 entre 56 y 57)
3. Arco de entrada al bosque, en 1 entre 51 y 53.
4. Teatro de la Ópera de París, donde se ve el arco reproducido por Benoit en La Plata.

Fuentes:
Página “La Plata Mágica”
“La Plata contada” por Silvia Portíansky
“19 de noviembre de 1882: Fundación de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires”, profesor Daniel Alberto Chiarenza
“La Escuadra y el Compás entre Diagonales”, Martín. E. Epeloa

20 de septiembre de 2010

¿Figuras satánicas en La Plata?

Seguramente muchos de ustedes al pasar por Plaza Moreno habrán visto los dos grandes jarrones ubicados donde sería la intersección de avenida 13 con las avenidas 51 y 53. Según el catálogo de esculturas de la Municipalidad de La Plata, es un “vaso ornamental de estilo antiguo que sigue de cerca los diseños de crateras comunes en los siglos V y IV, restauradas en los tipos Medici. No lleva decoración en el cuerpo pero las asas presentan dos mascarones de cabezas de fauno”.

El fauno en la mitología
romana era una deidad protectora de los campos y bosques, hijo de Júpiter y de Circe. Se lo representa como un humano con cuernos y patas de cabra. Se lo suele asociar a divinidades griegas como los sátiros, y el dios Pan. Los sátiros vivían en bosques y montañas, donde perseguían a las ninfas; eran temidos por los viajeros y leñadores ya que solían hacerle toda clase de maldades.

Por lo visto estas imágenes no tienen nada de satánico, pero Gualberto Reynal tiene un punto de vista controversial al respecto. En su libro menciona diferentes figuras como estos faunos y sátiros (también presentes en el Palacio Municipal y la Casa de Gobierno), afirmando que son “símbolos de la brujería” y que los machos cabríos con sus “sonrisas diabólicas” se asocian “a la imagen del diablo y son portadores del mal”.

Nuevamente se relaciona unos simples adornos con figuras malignas, pero como vimos anteriormente no tienen nada de ello. Los faunos y sátiros que están representados son figuras que fueron ampliamente adoradas por griegos y romanos. Más tarde, se tomaría esta figura del m
acho cabrío para culparla de los pecados (de ahí la frase “chivo expiatorio”) y luego comenzó a asociársela con Satanás porque en diversos ritos satánicos se sacrificaban a estos animales.

Dicho esto se puede concluir
que esos símbolos presentes en varios sitios (también en la Plaza del Congreso de Buenos Aires hay jarrones idénticos a los de Plaza Moreno) no son más que adornos arquitectónicos que representan figuras mitológicas griegas y romanas, las cuales carecen de significados satánicos.

Para finalizar les dejo una cita de Marco Arios sobre estas efigies: “Sólo tenían fines decorativos, nada más. La finalidad que tienen esos símbolos es demostrar lo que pasa, lo que existe, la vida; el Bien y el Mal existen, es una cosa que está. Es nada más que eso. No es que tengan una influencia positiva o negativa. Igual puede haber ocho mil símbolos del diablo y no por eso va a pasar algo. Porque ¿quién hizo ese símbolo, quién lo esculpió? un ser humano. Y bueno, el símbolo es una simple piedra, esculpida, o un pedazo de bronce esculpido; el bronce no se mueve, no hace nada. No invoca fuerzas. El ser, el hombre puede invocar, a través de eso o de ningún símbolo, puede hacer la invocación; a través de su oratoria, de una plegaria. Y eso no tiene nada que ver, es un fin decorativo. Y, aparte, no es tan así como se piensa, que es "símbolo del diablo", no es así. Porque en la antigüedad se solían pintar símbolos que muestran la naturaleza humana. Cara de sátiro, hombres de barba, con caras muy primitivas, con gestos muy primitivos, con uvas o con frutas, como plantas alrededor de sus caras, eso es muy común, ese tipo de decoración, ese tipo de arquitectura, como la arquitectura que tiene La Plata”.


Fotos:

1. Jarrón con cabeza de fauno en Plaza Moreno.

2. Imagenes de un fauno y un sátiro.

3. Diferentes imagenes de faunos, sátiros y el macho cabrío en Plaza Moreno, Palacio Municipal y Casa de Gobierno.

4. Jarrón idéntico al de Plaza Moreno, pero en la Plaza del Congreso de Buenos Aires (dato aportado por Diego Fernández)
5. Estrella de cinco puntas que forma la cabeza de un macho cabrío.

Fuentes:

“La historia oculta de la ciudad de La Plata”, Gualberto Reynal

“Programa de inventario y catalogación de esculturas en espacios públicos de la ciudad de La Plata”, Municipalidad de La Plata

“Diccionario de la mitología mundial”, EDAF Ediciones

“Diccionario de la mitología universal y de los cultos primitivos”, Editorial Mundi

“La Plata esotérica: La revelación final de los masones”, C.O.R.

16 de septiembre de 2010

¡666 por todas partes!

El título puede ser bastante sensacionalista, pero es el mismo que eligió Reynal para nombrar uno de los capítulos de su libro. Al igual que ocurrió con el número 13, el autor se las ingenia para hallar el número 666 en la ciudad de La Plata, cuyo significado es bien conocido por todos ya que en el libro del Apocalipsis es “El número de la Bestia” y se lo relaciona con el Anticristo.


En su afán de hallar a la “bestia de la destrucción”, como él la llama, Reynal no sólo se centra en buscar al 666, sino que la misma inquietud le genera la presencia del 6 y del 66. Algunos de los que cita son los siguientes:
• En el plano se pueden ver formados segmentos de 3 cuadrados separados cada 6 cuadras. Su interpretación es que 3 veces el número 6 es
666 (en color verde).
• Estando en uno de los extremos del cuadrado platense, se deben recorrer
3 segmentos de 6 cuadras para llegar a Plaza Moreno. Nuevamente 3 veces el 6 es 666 (en color azul).
• Estando en Plaza Moreno y contando sólo la avenida 13, diago
nal 73 y diagonal 73, se forman 6 segmentos.
• En honor al ingeniero Pedro Benoit, se le dio ese nombre a la avenida
66.
• La avenida 51 es 5+1=
6, así que se puede decir que en cada esquina de la avenida 51 hay un número 6. Por ejemplo hay un 6 en calles 1, 2, 3, 4, 5 y 6; lo que nos dará como resultado dos números 666. Lo mismo pasará al cruzar calle 7, 8 y 9, o 10, 11 y 12.
• Calle 12 es
6+6.
• Las calles que pasan o desembocan en Pla
za Moreno dan 18=6+6+6. Estas son 13, 54, diagonal 74, 53, 14, 51,50, diagonal 73, 14, 13, 12, diagonal 74, 50, 12, 51, 53, 54 y diagonal 73.
• En la plazoleta frente a San Ponciano, hay
6 columnas de luz.

Para mi opinión, todos estos 6, 66 o
666 “hallados” en la ciudad no son más que número y eso no les confiere ninguna característica “demoníaca” a La Plata, al contrario de Reynal que los relaciona con el Anticristo y por estos se pregunta si “¿Será esta la urbe donde está la Bestia de la destrucción?” [sic]. También afirma que estos significados podrían haber sido legados por Rocha y Benoit, pero ignorando que el 6 en la masonería no es para nada terrible ya que significa “salud y justicia”.

Y para terminar con este mito,
voy aclarar otro que afirma que “las diagonales de La Plata suman 666”. Para hacerlo fácil, dejo planteadas las cuentas para que vean que no es así, y que las matemáticas no son tan terribles:

• Suma de las diagonales principales: 73+74+75+76+77+78+79+80=612

• Suma de las diagonales alrededor de plazas: 93+94+95+96+105+106+107+108+109+110+111+112=1246

• Suma de las diagonales alrededor del bosque: 113+114+115+116=458

• Suma de todas las diagonales de la ciudad: 73+74+75+76+77+78+79+80+93+94+95+96+105
+106+107+108+109+110+111+112+113+114+115+116=
2316



Fotos:

1. Mapa de La Plata en donde marqué los segmentos de 6 cuadras de los que habla Reynal.

2. La diabólica calle 6 (?)

3. Los únicos 666 que existen en La Plata son algunos como este en los números de las casas.


Fuentes:

“La historia oculta de la ciudad de La Plata”, Gualberto Reynal

“Calendarios y números masónicos”, portal masónico del Guajiro


Y para cerrar este mito, les dejo un video relacionado \m/

10 de septiembre de 2010

Otro símbolo oculto: El árbol de la vida

Ya comenté antes sobre algunos símbolos que los masones afirman que se pueden encontrar observando el plano de La Plata, como la escuadra y el compás, o el número áureo. Ahora voy a hablar de otros de ellos: El “Árbol de la vida” (también llamado “Árbol de las esferas” o “Árbol de Sefirot”).


Este símbolo perteneciente a la Qabbaláh está compuesto por 10 esferas (sefirot) unidas mediante 22 senderos. Según lo que dice Gualberto Reynal, se lo puede ver en el plano formado por las siguientes plazas:
o Plaza Rivadavia: Corona
o Plaza Rocha: Sabiduría
o Plaza Italia: Inteligencia
o Plaza Paz: Gracia, Amor
o Plaza Paso: Justicia
o Plaza Moreno: Belleza
o Plaza Yrigoyen: Triunfo (en el libro figura como Plaza Alsina)
o Plaza Azcuénaga: Esplendor
o Parque San Martín (parte superior): Fundamento
o Parque San Martín (parte inferior): Reino

Pero si se fijaron bien, el símbolo que se ve formado por las plazas y diagonales no tiene la misma forma que el Árbol de la vida. En mi opinión, el hecho de que el símbolo esté incompleto significa que ni siquiera está ahí, pero Reynal asegura que tiene “muy ligeros retoques efectuados para su adaptación al plano” [sic]. Si este símbolo estuviera bien trazado en el plano, su disposición podría ser de la siguiente manera:
o 4 entre 51 y 53: Kéter (corona)
o Plaza Italia: Biná (inteligencia)
o Plaza Rocha: Jojmá (sabiduría)
o Plaza Paso: Gevurá (justicia)
o Plaza Paz: Jésed (gracia, amor)
o 16 entre 51 y 53: Tiféret (belleza)
o Plaza Azcuénaga: Hod (esplendor)
o Plaza Yrigoyen: Nétsaj (triunfo)
o 22 entre 51 y 53: Yésod (fundamento)
o Parque San Martín: Maljut (reino)

Y por último me queda por contarles la relación del Árbol de las esferas con la masonería, ya que cada una de las esferas corresponde también a la ubicación que toman los dignatarios y oficiales masónicos dentro de la logia. Con este dato, podría indicar las posiciones de cada uno en los diferentes lugares de La Plata:
o 4 entre 51 y 53: Venerable Maestro
o Plaza Italia: Orador
o Plaza Rocha: Secretario
o Plaza Paso: Tesorero
o Plaza Paz: Hospitalario
o 16 entre 51 y 53: Maestro de Ceremonias
o Plaza Azcuénaga: Primer Vigilante
o Plaza Yrigoyen: Segundo Vigilante
o 22 entre 51 y 53: Guarda del Templo Interior
o Parque San Martín: Guarda del Templo Exterior


Fotos:
1. Ilustración medieval del Árbol de la Vida.
2. Árbol de la Vida adaptado al plano de La Plata según Reynal.
3. Árbol de la Vida adaptado al plano de La Plata con todos sus senderos.
4. Distribución de los masones en una logia.

Fuentes: “La escuadra y el compás entre diagonales”, Martín Epeloa
“La historia oculta de la ciudad de La Plata”, Gualberto Reynal
“Masonería al descubierto. Del mito a la realidad”, Pepe Rodríguez




Otras entradas de interés:
* ¿Qué es la masonería?
* Simbología masónica en el cementerio de La Plata
* Los símbolos masónicos que desaparecieron de la Legislatura
* El ojo de la providencia
* Un nuevo símbolo: El pelícano
* El símbolo oculto en el plano de la ciudad

7 de septiembre de 2010

El misterioso árbol del llanto

Esta historia es tomada de la mejor y más completa página de la ciudad de La Plata: La Plata Mágica; y está muy bien escrita así que se las dejo tal cual está en esa web. También se publicó en el Diario Hoy como "El eucaliptos que gemía en el bosque" (19/1/1999)



Un día de noviembre de 1903, algunos estudiantes sin ganas de estudiar, recorriendo lo que luego seria la "avenida de las estatuas" de nuestro paseo, descubrieron un eucalipto que emitía gemidos como si partieran de su ser más profundo.

La especie vegetal después de tan larga vida somnífera, sin vestigios de sonambulismo, adquiría el don más preciado el reino animal: poder quejarse.

Pronto aquellos jóvenes algunos de los cuales
habían de tener destacada actuación en la vida social posterior a este acontecimiento, dieron la gran noticia. La ciudad se enteró, y el pueblo en masa concurrió al lugar a escuchar el misterioso árbol del llanto. Cuenta hoy una de las personas que fueron allí, que en aquellos matorrales de altos pastos se formaron zigzagueantes caminos de hormigas humanas que dejaron abierto el paso con toda facilidad, pelando de yuyos las adyacencias del árbol.

Se custodió celosamente el extraño ejemplar, empezaron las polémicas entre "sagaces" observadores, improvisados botánicos, y el asunto tomó tales proporciones que, después de hacer eco la prensa local fué comentado en Buenos Aires en diarios y revistas con las correspondientes fotografías.

Circuló por añadidura la leyenda de que ahí se había suicidado un hombre cinco años atrás, y el alma había conseguido apartarse del cuerpo y tomar aquella encarnadura vegetal, más duradera a ojos vista, desde que en crónicas de la época se cita a lo eucaliptos del Bosque como a los "más viejos del país".

Más he aquí, que la leyenda estaba en contra del espíritu cientificista y la autoridad competente intervino, para destruirla. Dispuso que se podara en castigo al árbol sonoro, y si persistían los gemidos de su savia, se lo tronchara.

Por suerte para nuestro paseo, la primer medida dio el resultado esperado y el eucalipto se llamó a silencio definitivo. Luego los enemigos de la irrealidad aseveraban que viento al filtrarse entre dos ramas de la copa emitía ese sonido que se oía acercándose a la corteza del árbol aludido, pero la ciudad entera había escuchado aquellos quejidos que partían de su vida profunda.

3 de septiembre de 2010

Un patio nazarí en La Plata

Muchos habrán pasado por la cuadra de calle 49 entre 2 y 3, observando las construcciones antiguas que hay allí, pero sin saber la historia que encierra una de ellas en particular. Esta casa de la que hablo es la número 370, que fue construida en 1884 y perteneció a Diego Arana, el suegro (y tío a la vez) de Dardo Rocha.

En a
bril de 1887, la familia Rocha partió en un viaje hacia Europa y Medio Oriente que se prolongaría durante dos años. Visitaron Turquía, Egipto, Grecia, Suiza, Holanda, Dinamarca, Alemania, Italia, Inglaterra, Francia y España por el “placer de apreciar las bellezas naturales e históricas” y también para adquirir obras y objetos de arte.

En julio de 1888 llegan a la ciudad de Granada, en España. El fundador de La Plata quedó encantado al visitar la Alhambra, y fue por eso que adquirió en allí todos los elementos necesarios para la reproducción del Patio de los Leones en la casa de su suegro, que no había podido acompañarlos al viaje por cuestiones de salud.

Para agosto de 1889 comienzan las obras de montaje del patio nazarí en la vivienda de calle 49, bajo la dirección del artista español Ángel Pérez Muñoz, las cuales finalizan en 1891.


Este patio nazarí presenta una profusa decoració
n, con una gran variedad de piezas de yeso que recubren todas las paredes perimetrales, el cielorraso de la galería que rodea el lugar y los paños suspendidos entre las seis columnas. El estilo incluye elementos como hojas, follaje y muchos elementos caligráficos en árabe antiguo con versículos del Corán: “La amistad es sagrada. Hay un solo Dios. Alá es su discípulo”.

Luego del fallecimiento de Diego Arana en octubre de 1892, la casa fue heredada por su hijo Diego Jacinto Arana, y más tarde por Alberto Belisario Arana. Esta propiedad que sigue en manos de la familia Arana, fue declarada “bien patrimonial del casco fundacional” por parte de la Municipalidad de La Plata en 2006, procurando conservarla por su interés arquitectónico único en el país. Dos años después, la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, mediante la Ley Nº 13906, la incorporó al patrimonio cultural de la provincia al nombrarla “bien de interés histórico y arquitectónico”.

Fotos:

1. Vista de la Alhambra, en Granada.

2. Detalles del Patio de los Leones de la Alhambra.

3. Foto del patio nazarí de La Plata.

4. Otra foto del patio nazarí platense, con el detalle de sus aberturas.

5. Detalles de la caligrafía en árabe y los pisos de la casa de calle 49.


Fuentes:

“Un ‘Patio Nazarí’ en la Ciudad de La Plata, Argentina”, Vitalone y Traversa.

“La casa Arana, referencia histórica”, Dr. Carlos Patricio Arana.

“La casa del Patio Nazarí” de La Plata Mágica